Madrid, 4 de junio de 2021
Siento que acaban de dispararme, no sé dónde tengo la herida, creo que es en todo el cuerpo. Y no sé qué hacer con estos brazos que se me quedan cortos pero que se van imparables para abrazar a mi amiga y compañera Nora Zaldúa; ella está toda tiroteada, y no sé cómo hacer para parar su sangre.
La muerte de Susana Zaldúa es la balacera despiadada y que nos atraviesa tantísimo
Con Norita López les confesamos que si había una próxima jugada, nos pedimos en bloque a todas las Zaldúa.
Y ahora nos quedamos incompletas de amiga, de hermana y de compañera, porque Susana completaba más allá de detalles tácticos, la necesidad imperiosa del primer fuego militante, todo lo demás es un viaje y la vida es seguir con el fuego para que no tenga frío nunca la utopía, el desolador frío de las ausencias.
Qué tremendo dolor es esta herida Susana¡! Vamos, vamos que podemos, con tu entusiasmo, vamos con las firmas por la apertura de los archivos, vamos, vamos que podemos. Y en estos últimos días, decías que en cuanto estuvieras bien, volvías con todo para llevar a cabo todas las ideas, incluso las más peregrinas.
La militancia de Susana está en los compromisos y en los valores morales que nunca cambió, a pesar de los años, de los obstáculos. La humanidad de Susana está amalgamada en sus hermanas y en la ideología, que para ella, son los mismos elementos.
Y ahora qué complicado con tanta, tantísima pena, que necesitamos de vos para seguir peleando, que sos tan necesaria Susana!!
Compañera, amiga, hermana, en las buenas y en las malas, y en todos los días de la semana, en los retos y en los secretos… Es verdad que la amistad es la hermandad que se elige, pero en la militancia viene con mucho tramo andado, y se mejora con el compañerismo, la camaradería y el respeto ganado. Con Nora, con Graciela, extendieron entre las tres, toda la piel de Adriana, peleando como leonas para que se reconocieran los crímenes de la Triple A, de la CNU, del CDO… como parte indisoluble a la instauración formal del genocidio a partir del 24 de marzo de 1976.
Apuntalaste a nuestras madres, Nora, Elia y Mirta, sin fisuras. Debatiste todo con pasión, razón y corazón. Se te escapaba por los poros el orgullo por tus tres hermanas. Levantabas la frente un poco más para declarar “sí, soy trotska, ¿algún problema?”. Te agradecemos todo, todo de tu vida, hasta las metidas de pata… te queremos con todo.
No sé cómo apuntalarnos entre las compas, tus hermanas…
Hace nada le contaba a Nora un sueño para que te rieras, el planeado viaje a Estambul empezaba en el desierto de Arizona, las dos en bicicletas, yo con una brújula, y vos diciendo que no nos preocupáramos que tus hermanas ya estaban en Estambul y nos bancaban todo… Qué loco parecía ese sueño, pero cuantos símbolos e imágenes plasmaba.
No puedo creer que faltes a ninguna cita, que no hablemos hasta las madrugadas de allá inclusive, y, nuestras risas despertaban al sol.
Te prometo hermana mía, compañera de siempre, que vas a estar en cada paso, en cada voz, en cada grito y en cada abrazo.
Nos convocas Susana al socialismo, ¿qué menos?...
Turca
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