En junio del 2009 un trabajador inmigrante sin papeles tuvo un accidente laboral. Sus patrones tiraron su brazo amputado a un cubo de basura y a él lo dejaron clandestinamente en las puertas de un hospital.
Esta es la estampa insoportable del capitalismo salvaje.
Este sistema es un monstruo que hace que el panorama del mundo sea un espanto.
El estado moderno consagró jurídicamente -contra el poder jerárquico de la nobleza- la igualdad que pregonaba de la especie humana. Siendo este es uno de sus fundamentos originarios, son innegables las políticas de desigualdades que desarrollan los estados modernos, como innegable es que el mercado impone las desigualdades.
Y en esta distribución determinada por los intereses económicos, el concepto de ciudadano no engloba universalmente a todos los “nacidos libres e iguales” (Art. 1. Declaración DDHH: "Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos").
Ahondando en la realidad que abruma, el racismo y la xenofobia resquebrajan aún más el concepto de la igualdad natural humana, acotando los limites a la noción de ciudadano; sutil –quizás- en determinadas condiciones económicos sociales, pero en situaciones de confrontación y de crisis, los ya de por sí restringidos márgenes se convierten en los muros de las fronteras o en las alambradas separadoras.... Leer más en codoacodo
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